Nacido en el Mayrit musulmán. El único documento sobre la
vida de Isidro es el denominado códice de Juan Diácono, escrito en torno a 1275
probablemente por Juan Gil de Zamora, que narra la vida y milagros de Isidro.
El Códice se conserva en el Museo de la catedral de la Almudena.
Nació Isidro en torno al 1082 cuando el territorio de Madrid
formaba parte de la taifa de Toledo del territorio dominado por Al-Ándalus.
Años después de su nacimiento, durante 1085, Madrid pasó a ser dominio de
Alfonso VI, monarca cristiano que dominó las tierras de ese entorno gracias a
un acuerdo realizado con Al-Qádir sobre un intercambio territorial. Entre los
caballeros que luchaban en los ejércitos del monarca Alfonso VI, se solía
conceder señoríos y concesiones sobre los terrenos conquistados. Surgen de esta
forma los señores villanos (de plebis milites), una especie de nobleza rural.
Uno de estos caballeros guerreros que reciben los terrenos
en propiedad es Juan de Vargas. Sus dominios se extienden sobre el nuevo reino
de Toledo, el valle del Jarama, el Manzanares, la ribera del Tajo. Espacios
fluviales y de labor agricultora. El amo de San Isidro.
Isidro es posible que procediera de una familia humilde de
agricultores que trabajan en campos arrendados. Sus padres le llamaron Isidro
en honor de san Isidoro, sabio y santo Arzobispo de Sevilla de la época
visigoda. Su supervivencia se basaba en un contrato de arrendamiento anual. El
trabajo se dirigía bien por el señor, o por los encargados. Los jornaleros
debían obediencia y fidelidad al amo. A cambio recibían un sueldo en dinero, en
especie o en una mezcla de ambas. La relación entre la familia de Isidro y la
familia Vargas era de este tipo.
San Isidro pasó su infancia en los arrabales de San Andrés,
algunos autores afirman que su nombre completo era Isidro de Merlo y Quintana.
La zona en la que vivía Isidro era militarmente inestable,
por encontrarse cercana a la frontera entre los reinos cristianos y musulmanes:
la extremadura castellana. El emir Alí ibn Yúsuf desplegó sus ejércitos en el
año 1110 por el centro de la península ibérica haciendo que la familia de
Isidro se trasladara a Torrelaguna.
Es precisamente en la villa madrileña de Torrelaguna, su lugar de refugio durante las invasiones árabes de Madrid, donde contrae matrimonio con una joven procedente de la villa de Uceda, santa María de la Cabeza, convivió en Torrelaguna con Isidro, y es posible que allí tuvieran a su hijo.
San Isidro fue por tanto, un cristiano mozárabe que continuó
profesando y practicando la fe católica heredada de sus padres en la sociedad
en que vivía. Su vida fue la de un hombre sencillo y humilde, un asalariado, un
pocero y agricultor, un padre de familia que nos dejó como ejemplo a seguir, su
modelo de vida evangélico, de cristiano comprometido.
Compatibilizó su vida de fe con el trabajo como medio de
santificación y la caridad, amor y servicio a los más necesitados y al prójimo
en general, fue “cariñoso con los hombres”.
Siendo hombre muy piadoso “amante de Dios”, con frecuencia
tenía que soportar las burlas de algunos vecinos, pues cada día se levantaba
muy de madrugada, para no empezar su día de trabajo, sin haber asistido a la
Santa Misa y eso despertaba envidias. Vivió “anteponiendo no lo temporal a lo
espiritual, sino lo espiritual a lo temporal”.
Tras la muerte de Isidro el 30 de noviembre de 1072, fue
enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés. Cuarenta años
después, en 1212, es encontrado su cuerpo, incorrupto. Ese mismo año, volviendo
Alfonso VIII de la batalla de Las Navas (16 de julio de 1212) reconoce su
cuerpo como el Pastor de las Navas, que había ayudado a las tropas cristianas a
la victoria.
Desde ese año el cuerpo incorrupto de San Isidro fue
custodiado en la parroquia de San Andrés, convirtiéndose en un lugar de
peregrinación de gran parte de España, por los milagros que obraba. En la
segunda mitad del siglo XIII se construyó un arca de madera con escenas que
representan los milagros de Isidro, que hoy se conserva en la girola de la
Santa Iglesia Catedral de Santa María la Real de la Almudena. Este arca contuvo
los restos de Isidro desde finales del siglo XIII hasta 1620, año en el que fue
sustituido por un arca de plata y oro, realizada por los plateros de Madrid con
motivo de su beatificación en 1619.
El cuerpo de san Isidro se encuentra incorrupto desde su
muerte en 1072, fue conservado en la parroquia de San Andrés, en la Capilla del
Obispo y en la Real Capilla de San Isidro.
En el año 1769 fue trasladado por Real Decreto de Carlos III
al altar mayor de la Real Colegiata de San Isidro, junto con las reliquias de
su esposa santa María de la Cabeza, desde entonces y hasta la actualidad se
venera en el retablo del Altar Mayor de la Real Colegiata de San Isidro de
Madrid (calle Toledo, 37).En este templo tiene su sede canónica, la Real, Muy
Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de naturales de Madrid, cuya
finalidad estatutaria es la de, a la luz de la fe católica que profesan sus
miembros, fomentar y propagar el amor hacia la Santísima Virgen y la devoción
por los Gloriosos San Isidro y Santa María de la Cabeza, contribuyendo al mayor
esplendor de su culto.
Para más información: https://www.congregacionsanisidro.org/san-isidro/biografia
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